|
IX
NO PUEDO MÁS
(Te adoramos, Cristo, y te bendecimos)
No; no me matéis aún; estamos cerca, llegaré.
Está el Calvario a cuatro pasos;
dejadme respirar en el suelo.
Dejadme pensar en vosotros,
en los que han de venir detrás de vosotros
y me han de ver caído y no me han de hacer caso.
Los conozco a todos.
Tú me ves aquí, cristiano;
¿hasta cuándo me vas
a tener así en tu vida?
No tengas miedo; ¡acércate! ¡No
te haré nada, no puedo!,
sólo quiero que me mires; que veas mis
ojos llenos de amor; que creas en mí, que me ames.
Quiero que te conmuevas,
que sientas vergüenza de ser así conmigo;
que sientas dolor de ofenderme, de tirarme por los suelos.
Aquí estoy, caído. Podéis hacer de mí lo que queráis;
sabéis que, a pesar de todo, os amaré.
Golpeadme, pisadme, despreciadme. No importa.
¡Siempre os amaré!
(Hemos pecado, Señor, Ten piedad de nosotros)
|